EL EVANGELIO
EL EVANGELIO
Dios es absoluto y perfectamente santo (Isaías 6:3) "Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria"; por lo tanto, no puede cometer ni aprobar el mal (Santiago 1:13) "Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie" . Dios demanda la santidad para acercarnos a Él libremente. 1 de Pedro 1:16 dice: "Seréis santos, porque yo soy santo”.
El hombre es pecador de acuerdo a las Escrituras, todo el mundo es culpable de pecado: no hay hombre que no peque (1 Reyes 8:46) "Si pecaren contra ti (porque no hay hombre que no peque), y estuvieres airado contra ellos, y los entregares delante del enemigo, para que los cautive y lleve a tierra enemiga, sea lejos o cerca". El hombre es completamente incapaz de comprender, amar o agradar a Dios por su cuenta (Romanos 3:10-12) "Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno".
El pecado exige un castigo. La santidad y la justicia de Dios exigen que todo pecado sea castigado con la muerte eterna (Ezequiel 18:4) "He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá". (Romanos 6:23) "Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro". Es por eso que simplemente cambiar nuestros patrones de comportamiento no puede resolver nuestro problema de pecado o eliminar sus consecuencias.
El único que puede resolver el problema es Jesús, el Señor y Salvador. Romanos 10:9 dice: "Si confiesas con tu boca a Jesús como Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo."
Aunque la justicia de Dios exige la muerte por el pecado, su amor ha proporcionado un Salvador quien pagó el castigo y murió por los pecadores (1 Pedro 3:18) "Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu". La muerte de Cristo satisfizo las demandas de la justicia de Dios, y la vida perfecta de Cristo satisfizo las demandas de la santidad de Dios (2 Corintios 5:21) "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él", lo que le permitió perdonar y salvar a aquellos que depositan su fe en Él (Romanos 3:26) "con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús".
¡Arrepiéntete! Porque el arrepentimiento es estar de acuerdo con Dios en que eres pecador, confesarle tus pecados y tomar la decisión consciente de abandonar el pecado (1 Tesalonicenses 1: 9) "porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero". La verdadera fe en Dios que puede salvarte siempre responde en obediencia (Efesios 2:10) "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas".
El Plan de Salvación, explicado en menos de 4 minutos.
Video cortesía de Easy Explained.
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